viernes, 5 de octubre de 2007

La honestidad valiente de Ruth Zavaleta.




Pocas veces un político burgués, y mucho menos un diputado, dice la verdad. La política a que nos han acostumbrado setenta años de PRI y los que van de PAN son una colección de rumores, medias verdades, manipulaciones y groseras pantomimas (recuerden la “roqueseñal”). Por eso saludamos la valentía de Ruth Zavaleta, diputada perredista, presidenta de la mesa directiva del Congreso de la Unión y destacada chucha (de la corriente de Jesús Ortega, la “nueva” “izquierda”). En entrevista con La Jornada el pasado 25 de septiembre Ruth no sólo defiende el “establecer relaciones” con el gobierno federal (¡el mismo que les robó la presidencia!) porque a ello la “obliga la realidad”, sino que también esboza lo que para ella es la “izquierda”.

La memoria de los perredistas, por algún motivo médico que ignoramos, es muy corta. Se les olvida, por ejemplo, que durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (emanado como el actual de un fraude electoral), en el cual hubo más de 600 muertos perredistas, Marcelo Ebrard era Secretario General de Gobierno para el regente Camacho Solís. Tanto se les olvida que ahora Marcelo es el “perredista” jefe de gobierno del DF. Pero estamos seguros que el fraude electoral del 2006 no se les ha olvidado, y también creemos que no pueden haber olvidado que un “presidente legítimo” anda por ahí encabezando un gobierno de buenas intenciones. Sin embargo, para la presidenta de la mesa directiva “hay un gobierno de derecha, con el que debemos establecer relaciones, porque a eso nos obliga la realidad”, es decir, reconoce de facto, de hecho y de derecho al gobierno de derecha que su partido califica de “espurio”.

“No estoy de acuerdo -dice la perredista- con la apuesta de que las cosas no funcionarán este sexenio, porque no es un problema de descrédito hacia un partido, sino qué podemos resolver para la sociedad entera”. ¿Qué se puede resolver para la “sociedad entera”? Se está vendiendo el país, pisoteando los derechos de la gente, perdonando impuestos a los millonarios y cobrándoselos al sector “informal”, está iniciando una nueva guerra sucia con desaparecidos, torturados, presos de conciencia. ¿Qué se puede resolver “para la sociedad entera”? Nada. La sociedad está dividida en clases y las clases están en guerra.

Pero hay otra cosa importante que se desprende de lo que dice la diputada. Ella no está de acuerdo “con la apuesta de que las cosas no funcionarán este sexenio”. ¿Qué quiere decir eso? Pues que su apuesta es porque las cosas si funcionen este sexenio. Que la reforma fiscal que perdonará millones a los millonarios funcione, que funcionen también la reforma energética y el alza a la gasolina. Su apuesta es, en corto, que funcione el neoliberalismo, la actual fase radical del capitalismo. Que valor, de verdad, el de la diputada de arrancarle así el maquillaje de izquierda a su partido. Que honestidad la de decir que el PRD “le apuesta” al neoliberalismo y las privatizaciones, a la destrucción del ISSSTE y la desaparición forzada.

Pero no acaba ahí la joya que nos regala la chucha. También nos habla de las tareas de la izquierda. Nada más lejano a abolir la propiedad privada o construir el socialismo. La tarea de la “nueva izquierda” es conseguirle a la gente “tarjetas de leche, servicio médico, empleo, agua… Entonces, ¿cómo podemos decir que no vamos a negociar nada? ¿Quién gobierna, quién otorga los servicios, quién ejerce los recursos que nosotros como diputados estamos etiquetando? El gobierno. Entonces, ¿con quién tenemos que hablar para resolverle su problema a un vecino?”.

La “izquierda” perredista tiene como meta el repartir leche y servicios. Y ni esto lo hacen bien, recordemos la leche Betty. Nada de detener al neoliberalismo o de limarle sus más filosas aristas. No. Desde la gestión clientelar el PRD le pedirá al gobierno (panista, claro está) limosnas para el pueblo que los legisladores “etiquetaran” como empleados de supermercado. No puedo pensar en una mejor definición de “populismo” que el limosnear derechos a la gente, que el regalarle leche a los jodidos sin quitarles lo jodido.

¿Además como puede hablar la legisladora perredista de “servicio médico” y “recursos” en medio de la carestía, del alza de precios, de las reformas al ISSTE?

Estas cosas no nos sorprenden. Sabemos que el PRD ni es de izquierda ni es un partido de los trabajadores. Tal vez sorprenda más a la resistencia que hoy sigue luchando contra el fraude electoral. Desde que López Obrador ganó las elecciones el PRD no ha hecho más que pactar con Felipe Calderón. Claro, de vez en cuando dan maromas en el congreso para guardar las apariencias, pero en ningún momento plantearon romper con el gobierno usurpador o luchar de frente contra él. Eso lo deja muy claro Ruth cuando pregunta “¿Nos esperamos seis años sentados esperando a ver si se cae este gobierno y podemos negociar algo?” Ni siquiera aspiran a tomar el poder si el gobierno “se cae”, nomás a negociar “algo”.

Y por supuesto que no se va a caer. Lo vamos a tirar. Lo vamos a tirar por ilegítimo, por vendepatrias, por capitalista y por represor. Pero para esto necesitamos construir un partido de la revolución, un partido que nos sirva a los trabajadores, los pueblos indios, los jornaleros, los hambrientos para derribar el gobierno de la burguesía e imponer el nuestro.

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