lunes, 8 de octubre de 2007

“En TV Azteca sí estamos contigo.”




Recientemente se aprobó en el congreso y el senado la Reforma Electoral. Esta reforma no tiene mucha importancia. Es una nueva reedición del pacto que tienen los partidos de la burguesía de repartirse el poder y el presupuesto. Los tres partidos mayoritarios, que representan a los distintos sectores de los poderosos, se reparten descarados el dinero del país. Ya antes han aprobado “reformas” que sólo sirven para destruir los derechos democráticos, como el derecho de tener candidatos sin registro. (Con ese derecho se amparó Valentín Campa para ser candidato presidencial en los días que las organizaciones comunistas estaban prohibidas) Dentro de esa complicidad que da el dinero malhabido los amarillos se quejan de que no les dejen ocupar la silla presidencial, pero no por eso sueltan sus curules y las rentas que estos les dan.

La diferencia es que ahora la nueva reforma electoral ataca los intereses millonarios de las televisoras. Las aliadas y socias del gobierno, las que coreografiaron el fraude electoral, las que hacen eco de la “gastritis crónica”, las que repetían una y otra vez las imágenes de ejidatarios golpeando a un granadero pero que nunca transmitieron los testimonios de las mujeres violadas por esos mismos policías. Y cuando un ladrón rompe un pacto entre ladrones la respuesta no se hace esperar.



TV Azteca retomó el anuncio del senado en el que se hacía promoción de la prohibición de gasto en radio y televisión para las campañas electorales e insertó un espot antes y otro después. En los sendos espots la televisora habla de lo que cuestan los senadores al presupuesto federal (alrededor de 2,300 millones de pesos menos de lo que ganan las televisoras cada periodo electoral) para rematar con un “En TV Azteca sí estamos contigo”.


Aquí, como un novato haciendo trampa en el poker, la empresa de Salinas Pliego deja ver el As que lleva bajo la manga. ¿Apenas ayer se enteraron los “informadores” de TV Azteca que se podían pagar tantos bomberos o cuantos maestros con el sueldo de los senadores? No. Esa información estaba ahí, al alcance de los medios, como lo está cuanto ganan los diputados o cuanto gana el inútil del “presidente”. Pero no había ninguna prisa por transmitirla, ninguna prisa por romper la interesada amistad que hermana a políticos, empresarios, “inversionistas” extranjeros y medios de comunicación. Fue hasta que la empresa televisora vio afectada su ganancia que se tornó defensora del pueblo y denunció la vergonzosa riqueza de los senadores. Riqueza, insisto, menor que la del dueño de los canales 13, 40 y 7, no digamos ya la de la televisora grande o la del monopolio telefónico.


Y, pues, TV Azteca hizo lo que hace a diario, en distintos horarios y con sus conductores más chulos: mintió. Mintió y manipulo a favor de sus intereses. Lo nuevo es que ahora sus intereses se enfrentan a los del gobierno. Y por eso fue que Salinas Pliego dejó ver su juego. Las televisoras son, con el ejército y los partidos burgueses (sí, incluido el PRD), los pilares sobre los que se sostiene el enclenque gobierno de Calderón. Sin su constante retahíla de mentiras, sin la legitimidad que insiste en darle la tele, no hubiera durado ya tanto Felipe. Si existiera una verdadera libertad de expresión, si los revolucionarios pudiéramos denunciar en televisión abierta los crímenes y la violencia del estado, el régimen calderonista duraría todavía menos.


Pero la libertad bajo el capitalismo es la libertad del dólar. Claro que existe la libertad de expresión, si tienes un par de cientos de millones de pesos no encontrarás grandes trabas para, por ejemplo, poner un periódico. Pero si no los tienes, tu libertad se reduce en la medida que se reduzca tu presupuesto. Si no tienes más que tu sudor y tu fuerza para ganarte la vida, como es el caso de la mayoría, tu cacareada “libertad de expresión” acaba donde acaba la fuerza de tus pulmones. No tienes derecho a publicar tus ideas en un medio impreso o electrónico, no tienes derecho de grafitearlas en la pared, no tienes ni siquiera derecho a gritar la verdad. No, esos derechos son para los señores trajeados y maquillados, ese derecho lo tiene Paty Chapoy pero no tú.


¿Si TV Azteca “si está conmigo”, quién es el que no lo está?


Pero los espots de TV Azteca destapan una gran verdad. Lo senadores “no están contigo”, como implica la frase con que la empresa mediática remata sus espots. No, ni los legisladores, ni el poder judicial y mucho menos el poder ejecutivo “están contigo”. Los poderes del estado mexicano gobiernan en contra tuya. Escriben, votan y aprueban leyes que te despojan de tus derechos y de tus pesos y centavos. Obligan a millones a emigrar por hambre, le arrancan a los sindicatos sus conquistas históricas, rescatan a la banca y luego la venden y luego la vuelven a rescatar, para acabar permitiendo su venta a poderes extranjeros, más interesados en saquear que en apoyar el “desarrollo nacional”. El autoproclamado gobierno federal es un virreynato al servicio de los imperialismos gringo y europeo. Las elecciones, la “democracia” que tenemos no es más que un folclórico ritual para cambiar de gerente. Eso lo pudieron comprobar todos los que, ilusamente, votaron por López Obrador para darse cuenta que los votos que cuentan son los de las grandes empresas y los “inversionistas” extranjeros, no los del pueblo del que debería de emanar esa “democracia”.


Lo que es una mentira es que la empresa de Salinas Pliego “sí esté contigo”. Esa empresa, junto con la de Azcárraga, llevan años engordando de tú dinero. Cada campaña electoral sus arcas se desparramaban de billetes salidos de los impuestos que tú pagas. Cada año el fisco les perdona a estas empresas, y a Telmex y Bimbo y etcétera, millones de pesos, mientras tú no dejas de pagar impuestos en forma de IVA aunque trabajes en la economía informal. No, ni televisa, ni TV Azteca, ni Bimbo ni Mazeca ni grupo modelo, ninguno de ellos está “contigo”. O mejor dicho están “contigo” de la misma manera en que un buitre “está con” el moribundo: esperando la hora de tragárselo.


No, si tu eres parte de la clase trabajadora. Si tú eres obrero, campesino, indio o desempleado, sólo están “contigo” los que sufrimos lo mismo; sólo están contigo los desempleados, los indios, los campesinos y los obreros. Y la única forma que tenemos de ayudarnos es tomar en nuestras manos lo que nos pertenece y que hoy ostentan como suyo televisoras y grandes empresarios, partidos corruptos y presidentes chaparros. La única forma de ayudarnos es tomar en nuestras manos lo que nos pertenece, nuestro propio destino.

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