martes, 23 de octubre de 2007

Cartel para la UNAM


Quise mostrar de manera gráfica lo antidemocráticas que son las estructuras de gobierno y llegué a esto.

domingo, 14 de octubre de 2007

8 de cada 10 gatos prefieren güiskas...


...los otros dos de cada 10 prefieren el m(i)aoísmo, como podemos ver en la gráfica. ;) x)


este... y no, este no lo hice yo, lo piratié de interné. Todo lo demás si es mio, hasta la hoz de aquí al lado ;)

lunes, 8 de octubre de 2007

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.::marcha:2:de:octubre 2007::.


Fotos de la marcha del 2 de octubre.

“En TV Azteca sí estamos contigo.”




Recientemente se aprobó en el congreso y el senado la Reforma Electoral. Esta reforma no tiene mucha importancia. Es una nueva reedición del pacto que tienen los partidos de la burguesía de repartirse el poder y el presupuesto. Los tres partidos mayoritarios, que representan a los distintos sectores de los poderosos, se reparten descarados el dinero del país. Ya antes han aprobado “reformas” que sólo sirven para destruir los derechos democráticos, como el derecho de tener candidatos sin registro. (Con ese derecho se amparó Valentín Campa para ser candidato presidencial en los días que las organizaciones comunistas estaban prohibidas) Dentro de esa complicidad que da el dinero malhabido los amarillos se quejan de que no les dejen ocupar la silla presidencial, pero no por eso sueltan sus curules y las rentas que estos les dan.

La diferencia es que ahora la nueva reforma electoral ataca los intereses millonarios de las televisoras. Las aliadas y socias del gobierno, las que coreografiaron el fraude electoral, las que hacen eco de la “gastritis crónica”, las que repetían una y otra vez las imágenes de ejidatarios golpeando a un granadero pero que nunca transmitieron los testimonios de las mujeres violadas por esos mismos policías. Y cuando un ladrón rompe un pacto entre ladrones la respuesta no se hace esperar.



TV Azteca retomó el anuncio del senado en el que se hacía promoción de la prohibición de gasto en radio y televisión para las campañas electorales e insertó un espot antes y otro después. En los sendos espots la televisora habla de lo que cuestan los senadores al presupuesto federal (alrededor de 2,300 millones de pesos menos de lo que ganan las televisoras cada periodo electoral) para rematar con un “En TV Azteca sí estamos contigo”.


Aquí, como un novato haciendo trampa en el poker, la empresa de Salinas Pliego deja ver el As que lleva bajo la manga. ¿Apenas ayer se enteraron los “informadores” de TV Azteca que se podían pagar tantos bomberos o cuantos maestros con el sueldo de los senadores? No. Esa información estaba ahí, al alcance de los medios, como lo está cuanto ganan los diputados o cuanto gana el inútil del “presidente”. Pero no había ninguna prisa por transmitirla, ninguna prisa por romper la interesada amistad que hermana a políticos, empresarios, “inversionistas” extranjeros y medios de comunicación. Fue hasta que la empresa televisora vio afectada su ganancia que se tornó defensora del pueblo y denunció la vergonzosa riqueza de los senadores. Riqueza, insisto, menor que la del dueño de los canales 13, 40 y 7, no digamos ya la de la televisora grande o la del monopolio telefónico.


Y, pues, TV Azteca hizo lo que hace a diario, en distintos horarios y con sus conductores más chulos: mintió. Mintió y manipulo a favor de sus intereses. Lo nuevo es que ahora sus intereses se enfrentan a los del gobierno. Y por eso fue que Salinas Pliego dejó ver su juego. Las televisoras son, con el ejército y los partidos burgueses (sí, incluido el PRD), los pilares sobre los que se sostiene el enclenque gobierno de Calderón. Sin su constante retahíla de mentiras, sin la legitimidad que insiste en darle la tele, no hubiera durado ya tanto Felipe. Si existiera una verdadera libertad de expresión, si los revolucionarios pudiéramos denunciar en televisión abierta los crímenes y la violencia del estado, el régimen calderonista duraría todavía menos.


Pero la libertad bajo el capitalismo es la libertad del dólar. Claro que existe la libertad de expresión, si tienes un par de cientos de millones de pesos no encontrarás grandes trabas para, por ejemplo, poner un periódico. Pero si no los tienes, tu libertad se reduce en la medida que se reduzca tu presupuesto. Si no tienes más que tu sudor y tu fuerza para ganarte la vida, como es el caso de la mayoría, tu cacareada “libertad de expresión” acaba donde acaba la fuerza de tus pulmones. No tienes derecho a publicar tus ideas en un medio impreso o electrónico, no tienes derecho de grafitearlas en la pared, no tienes ni siquiera derecho a gritar la verdad. No, esos derechos son para los señores trajeados y maquillados, ese derecho lo tiene Paty Chapoy pero no tú.


¿Si TV Azteca “si está conmigo”, quién es el que no lo está?


Pero los espots de TV Azteca destapan una gran verdad. Lo senadores “no están contigo”, como implica la frase con que la empresa mediática remata sus espots. No, ni los legisladores, ni el poder judicial y mucho menos el poder ejecutivo “están contigo”. Los poderes del estado mexicano gobiernan en contra tuya. Escriben, votan y aprueban leyes que te despojan de tus derechos y de tus pesos y centavos. Obligan a millones a emigrar por hambre, le arrancan a los sindicatos sus conquistas históricas, rescatan a la banca y luego la venden y luego la vuelven a rescatar, para acabar permitiendo su venta a poderes extranjeros, más interesados en saquear que en apoyar el “desarrollo nacional”. El autoproclamado gobierno federal es un virreynato al servicio de los imperialismos gringo y europeo. Las elecciones, la “democracia” que tenemos no es más que un folclórico ritual para cambiar de gerente. Eso lo pudieron comprobar todos los que, ilusamente, votaron por López Obrador para darse cuenta que los votos que cuentan son los de las grandes empresas y los “inversionistas” extranjeros, no los del pueblo del que debería de emanar esa “democracia”.


Lo que es una mentira es que la empresa de Salinas Pliego “sí esté contigo”. Esa empresa, junto con la de Azcárraga, llevan años engordando de tú dinero. Cada campaña electoral sus arcas se desparramaban de billetes salidos de los impuestos que tú pagas. Cada año el fisco les perdona a estas empresas, y a Telmex y Bimbo y etcétera, millones de pesos, mientras tú no dejas de pagar impuestos en forma de IVA aunque trabajes en la economía informal. No, ni televisa, ni TV Azteca, ni Bimbo ni Mazeca ni grupo modelo, ninguno de ellos está “contigo”. O mejor dicho están “contigo” de la misma manera en que un buitre “está con” el moribundo: esperando la hora de tragárselo.


No, si tu eres parte de la clase trabajadora. Si tú eres obrero, campesino, indio o desempleado, sólo están “contigo” los que sufrimos lo mismo; sólo están contigo los desempleados, los indios, los campesinos y los obreros. Y la única forma que tenemos de ayudarnos es tomar en nuestras manos lo que nos pertenece y que hoy ostentan como suyo televisoras y grandes empresarios, partidos corruptos y presidentes chaparros. La única forma de ayudarnos es tomar en nuestras manos lo que nos pertenece, nuestro propio destino.

viernes, 5 de octubre de 2007

La honestidad valiente de Ruth Zavaleta.




Pocas veces un político burgués, y mucho menos un diputado, dice la verdad. La política a que nos han acostumbrado setenta años de PRI y los que van de PAN son una colección de rumores, medias verdades, manipulaciones y groseras pantomimas (recuerden la “roqueseñal”). Por eso saludamos la valentía de Ruth Zavaleta, diputada perredista, presidenta de la mesa directiva del Congreso de la Unión y destacada chucha (de la corriente de Jesús Ortega, la “nueva” “izquierda”). En entrevista con La Jornada el pasado 25 de septiembre Ruth no sólo defiende el “establecer relaciones” con el gobierno federal (¡el mismo que les robó la presidencia!) porque a ello la “obliga la realidad”, sino que también esboza lo que para ella es la “izquierda”.

La memoria de los perredistas, por algún motivo médico que ignoramos, es muy corta. Se les olvida, por ejemplo, que durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (emanado como el actual de un fraude electoral), en el cual hubo más de 600 muertos perredistas, Marcelo Ebrard era Secretario General de Gobierno para el regente Camacho Solís. Tanto se les olvida que ahora Marcelo es el “perredista” jefe de gobierno del DF. Pero estamos seguros que el fraude electoral del 2006 no se les ha olvidado, y también creemos que no pueden haber olvidado que un “presidente legítimo” anda por ahí encabezando un gobierno de buenas intenciones. Sin embargo, para la presidenta de la mesa directiva “hay un gobierno de derecha, con el que debemos establecer relaciones, porque a eso nos obliga la realidad”, es decir, reconoce de facto, de hecho y de derecho al gobierno de derecha que su partido califica de “espurio”.

“No estoy de acuerdo -dice la perredista- con la apuesta de que las cosas no funcionarán este sexenio, porque no es un problema de descrédito hacia un partido, sino qué podemos resolver para la sociedad entera”. ¿Qué se puede resolver para la “sociedad entera”? Se está vendiendo el país, pisoteando los derechos de la gente, perdonando impuestos a los millonarios y cobrándoselos al sector “informal”, está iniciando una nueva guerra sucia con desaparecidos, torturados, presos de conciencia. ¿Qué se puede resolver “para la sociedad entera”? Nada. La sociedad está dividida en clases y las clases están en guerra.

Pero hay otra cosa importante que se desprende de lo que dice la diputada. Ella no está de acuerdo “con la apuesta de que las cosas no funcionarán este sexenio”. ¿Qué quiere decir eso? Pues que su apuesta es porque las cosas si funcionen este sexenio. Que la reforma fiscal que perdonará millones a los millonarios funcione, que funcionen también la reforma energética y el alza a la gasolina. Su apuesta es, en corto, que funcione el neoliberalismo, la actual fase radical del capitalismo. Que valor, de verdad, el de la diputada de arrancarle así el maquillaje de izquierda a su partido. Que honestidad la de decir que el PRD “le apuesta” al neoliberalismo y las privatizaciones, a la destrucción del ISSSTE y la desaparición forzada.

Pero no acaba ahí la joya que nos regala la chucha. También nos habla de las tareas de la izquierda. Nada más lejano a abolir la propiedad privada o construir el socialismo. La tarea de la “nueva izquierda” es conseguirle a la gente “tarjetas de leche, servicio médico, empleo, agua… Entonces, ¿cómo podemos decir que no vamos a negociar nada? ¿Quién gobierna, quién otorga los servicios, quién ejerce los recursos que nosotros como diputados estamos etiquetando? El gobierno. Entonces, ¿con quién tenemos que hablar para resolverle su problema a un vecino?”.

La “izquierda” perredista tiene como meta el repartir leche y servicios. Y ni esto lo hacen bien, recordemos la leche Betty. Nada de detener al neoliberalismo o de limarle sus más filosas aristas. No. Desde la gestión clientelar el PRD le pedirá al gobierno (panista, claro está) limosnas para el pueblo que los legisladores “etiquetaran” como empleados de supermercado. No puedo pensar en una mejor definición de “populismo” que el limosnear derechos a la gente, que el regalarle leche a los jodidos sin quitarles lo jodido.

¿Además como puede hablar la legisladora perredista de “servicio médico” y “recursos” en medio de la carestía, del alza de precios, de las reformas al ISSTE?

Estas cosas no nos sorprenden. Sabemos que el PRD ni es de izquierda ni es un partido de los trabajadores. Tal vez sorprenda más a la resistencia que hoy sigue luchando contra el fraude electoral. Desde que López Obrador ganó las elecciones el PRD no ha hecho más que pactar con Felipe Calderón. Claro, de vez en cuando dan maromas en el congreso para guardar las apariencias, pero en ningún momento plantearon romper con el gobierno usurpador o luchar de frente contra él. Eso lo deja muy claro Ruth cuando pregunta “¿Nos esperamos seis años sentados esperando a ver si se cae este gobierno y podemos negociar algo?” Ni siquiera aspiran a tomar el poder si el gobierno “se cae”, nomás a negociar “algo”.

Y por supuesto que no se va a caer. Lo vamos a tirar. Lo vamos a tirar por ilegítimo, por vendepatrias, por capitalista y por represor. Pero para esto necesitamos construir un partido de la revolución, un partido que nos sirva a los trabajadores, los pueblos indios, los jornaleros, los hambrientos para derribar el gobierno de la burguesía e imponer el nuestro.

martes, 25 de septiembre de 2007



Cartel para la marcha del 2 de Octubre, firmado por el Frente de Trabajadores de la Energía y el Grupo de Acción Revolucionaria.

domingo, 9 de septiembre de 2007

El Desinforme


El "ciudadano" desinforme de FeCal

Rodeado de Militares y policías, FeCal dio su "informe" ante las cámaras de television, alejado de sus gobernados y de los demás poderes de la unión que constituyen nuestra endeble "democracia".





miércoles, 29 de agosto de 2007

Tras la línea del camarada Ortega.


Este artículo es una nueva versión del "X congreso del PRD. Un gran triunfo para la izquierda" que hice para el periódico Acción Revolucionaria del Grupo de idem.


El 2 de julio del año pasado la mayoría de los mexicanos votaron por cambiar el rumbo económico del país, las consecuencias nefastas para México de las privatizaciones y el libre mercado son claras para cualquiera que cobre un sueldo y que ve que nomás no alcanza. De Miguel de la Madrid a nuestros días, México ha seguido el abominable curso neoliberal, dictado a coro desde Washington y su consenso, impuesto a sangre por sus mecanismos económicos. En ese esquema de “desarrollo” económico la “competitividad” del país se mide en la miseria de sus trabajadores, en que estén dispuestos a sacrificar hambre y derechos para “ganarle” a los trabajadores de otro país los empleos que las transnacionales subastan en el mercado internacional.

Dos veces se ha opuesto el país a este rumbo en las urnas, dos veces quienes se han visto favorecidos por la confianza del pueblo han sido indignos de esta confianza. En 1988 las fuerzas concentradas en el Frente Democrático Nacional, con el ex priísta Cuauhtémoc Cárdenas como candidato, ganaron la presidencia contra el neoliberal Carlos Salinas de Gortari.

Ayer como hoy, ese tinglado de fuerzas y compromisos que es el sistema impuso el rumbo neoliberal contra la tímida rebelión de la burguesía nacionalista, que no ofrecía romper con el neoliberalismo sino reformarlo. En 1988 el Frente Democrático Nacional renunciaba a enfrentarse a Salinas de Gortari y se replegaba para continuar la lucha por la via “política” (política electoral, claro está) fundando el PRD. Hoy ese partido, ante el fraude del 2 de julio de 2006, vota en su congreso reconocer en los hechos al gobierno del usurpador Felipe Calderón.

Doble volantazo: al socialismo y a la derecha.

El X congreso del PRD fue un verdadero tiangüis de sus vicios. Las porras ocuparon el lugar del debate, y las concesiones el de la negociación. Dividido en tribus más que en tendencias o fracciones, la unidad del PRD es una tregua entre hienas que comparten la carroña del poder y el presupuesto. Las dos hienas que se disputaron esa carroña en el congreso fueron René Bejarano y Jesús Ortega, uno representando a la izquierda “social” y el otro a la “nueva” izquierda.

El debate en el congreso perredista no fue en torno a la lucha contra el gobierno impuesto de Felipe Calderón, ni siquiera en torno a la lucha contra las contrarreformas (fiscal, energética, política) que impulsa ese gobierno. El debate estuvo en torno a cómo se reconocía a Calderón y como se aprobaban esas reformas.

La fracción minoritaria, una guelaguetza de tribus agrupadas en un “Frente Político de (sic) Izquierda” era encabezada por dos famosos perredistas: René Bejarano, coestrella del mañanero junto con Brozo el Payaso y responsable de que se distribuyera leche “Betty” con niveles inaceptables de heces fecales. El otro opositor era Martí Batres, alumno de René en varias cosas, entre ellas el corporativismo y asistencialismo que hace que la lucha por un derecho, como lo es la vivienda, se vuelva un negocio clientelar donde la ganancia son votos y acarreados. Estos dos individuos, compadres de corrupción y traiciones, que reparten lámina y créditos de vivienda en la más priísta de las tradiciones, tuvieron la cara dura de ser “la izquierda” dentro del congreso, levantando valientes la postura de “no negociar” con el gobierno “espurio”.

¿No negociar? No se trata de no negociar con Felipe de Jesus, se trata de tirarlo. Y no nada más por su carácter espurio, sino porque su política es un atentado contra todos nosotros, porque su política económica va en contra de los intereses de México, a golpear a los trabajadores y arrancarles sus conquistas, a pisotear con las botas de militares y Polícías Federales los derechos humanos, a explotar al pueblo cada vez más a favor de intereses transnacionales.

Pero quienes ganaron el congreso en que el PRD se autodefinió como “socialista” fueron los antiguos “socialistas” del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) de Aguilar Talamantes. Jesús Ortega, dirigente de Nueva Izquierda, ganó seis a cuatro en el congreso del PRD reconocer en los hechos a Felipe Calderón como presidente, pues aunque tímidamente lo acusa de ilegítimo, para el camarada Ortega es más importante “impulsar las reformas que necesita el país” que enfrentarse con el tipo que le robó al PRD la presidencia. Así, afirmando representar una “izquierda” “nueva” y “madura”, traiciona a la mayoría que, ilusamente, depositó su confianza en ese partido.

¿Cuales “reformas” necesita el país?

Quién necesita las reformas no es el país, sino el neoliberalismo, el capital transnacional que ha reservado para México el lugar de productor de mano de obra barata. Quién necesita una reforma fiscal son los grandes burgueses (Slim, Ascárraga, Salinas Pliego, Arambuzabala...) que quieren un impuesto de tasa única que los beneficia en millones y perjudica al resto de la economía. Quién necesita una reforma energética es el imperialismo, ansioso de poner las manos en nuestros recursos. Quién necesita una reforma política es la mafia de partidos que desvergonzados comparten el poder y los subsidios.

Y a los perredistas les urge votar esas reformas, disfrazando su traición con puntos y comas de “carácter social” en leyes que abiertamente benefician al capital contra los trabajadores. Como en el sexenio de Salinas de Gortari el PST votaba por la privatización de Telmex, el Tratado de Libre comercio y la muerte del ejido, hoy el antiguo “socialista” Ortega quiere votar por la extensión de impuestos a los millonarios, la venta de Pemex y la apertura del sector energético. Después de todo, Jesús Ortega votó a favor de la Ley Indígena antizapatista y de la Ley Televisa en el sexenio de Fox.

De nada sirve votar por el PRD. Sus diputados serían tan poco efectivos como corruptos. Y mucho menos sirve votar por sus candidatos a la presidencia. Han ganado dos veces, y dos veces se han dejado arrebatar el triunfo. De nada sirve votar en una elección, de mucho sirve votar una huelga. De nada sirve ir a las urnas, de mucho sirve ir a las marchas. De nada sirve tener fe en la traición amarilla. Lo que sirve, lo que hace la diferencia, es ingresar en una organización revolucionaria y desde abajo combatir al poder y la riqueza.

lunes, 20 de agosto de 2007

X Congreso del PRD

X Congreso del PRD.

Entre el 17 y el 19 de Agosto se celebró el X congreso nacional extraordinario del Partido de la Revolución Democrática. Dicho partido, parte central de la alianza que ganó las elecciones de 2006, debatió durante todo el fin de semana si habría de negociar o no con el hombre que se las robó: Felipe Calderón Hinojosa.


Un poco de histeria:


El PRD nació en 1989, su madre fue el Partido Comunista Mexicano, de quién heredó la burocracia; su padre fue la Corriente Democrática del PRI, de quien heredó el apellido (el apellido Cárdenas, el apellido López Obrador, el apellido Muñóz Ledo...). La partera de ese amarillento bebé, calva y orejona, fue el fraude electoral de 1988. Es importante hablar de este fraude. Ante la posibilidad de que la “izquierda” llegara al poder, el sistema cerró filas en torno al hombre que habría de salvarlo: Carlos Salinas de Gortari.


Hay que recalcar lo inofensivo de esta “izquierda”. Cuauhtémoc Cárdenas, el candidato del Frente Democrático Nacional, había sido gobernador priísta de Michoacán de 1982 a 1987, es decir, era priísta apenas un año antes del fraude que su ex partido le aplicó. Y sin embargo, en 1988, era central para el sistema que Cárdenas no quedara electo.


Desde un sexenio antes, el PRI había tomado el rumbo neoliberal con Miguel de la Madrid, y urgía continuar por ese camino, costara lo que costara. El fraude electoral fue el costo político de aprobar el Tratado de Libre Comercio, la reprivatización de la banca (que fue nacionalizada por López Portillo, privatizada en el sexenio de Salinas, “rescatada” por el estado en el de Zedillo y vendida a extranjeros en el de Fox), la “reforma agraria” (el fin del artículo 23 y la muerte del ejido) y miles de privatizaciones donde destaca la de Teléfonos de México (hoy propiedad de Slim).


Todas esas contrarreformas, tan importantes para el PRI y el PAN son las responsables de la miseria que vivimos hoy, de las altísimas tasas de desempleo, de la crisis en el campo (que compite con el sobreprotegido y subsidiado agro gringo), de una banca casi exclusivamente en manos de extranjeros y de que hoy nos gobierne ese tipo llamado Felipe Calderón.


La respuesta del pueblo, a quien se le había robado su sacrosanto derecho democrático de elegir a sus gobernantes, no se hizo esperar. Se tomaron alcaldías, cabeceras municipales, la gente inundó las calles. Y entonces Cuauhtémoc Cárdenas, el hombre providencial, el caudillo, llamó a la calma. No sería por la vía de la confrontación como se solucionarían las cosas, sino por la vía “política”. Y como política es para un burgués política burguesa, el camino fue el electoral. Se fundó el PRD, con Cárdenas como su primer presidente. Ya veremos los enormes “triunfos” del PRD en su estrategia electoral.


Volver al futuro.


A 18 años de su fundación el PRD ha recorrido un largo camino, plagado por derrotas y traiciones. De las 7 entidades que gobierna, sólo dos gobernadores no vienen del PRI: Cárdenas Batel de Michoacán y García Medina de Zacatecas. Sin embargo estos dos “izquierdistas” de cepa no tuvieron reparos, como no los tuvieron tampoco otros 4 de sus colegas gobernadores, en tomarse la foto con Felipe Calderón. Sólo Marcelo Ebrard le ha sacado a lo que en los hechos es legitimar al ladrón de las elecciones, Ebrard quién fue primero Director General de Gobierno y luego Secretario General de Gobierno del DF cuando Camacho Solís era Regente. Recordemos que hablamos de los años en los que el PRD denunciaba “más de 200” desaparecidos por la represión de Salinas de Gortari, de los cuales varios eran desaparecidos de la Ciudad de México. Pero esa sangre, esos muertos, son agua bajo el puente cuando se trata de Marcelito, “carnal” por igual de Camacho Solís y de López Obrador.


A los hitos del PRD hay que agregarle la votación de la Ley Indígena (de Fox, con lo que se desarticulaba parcialmente al EZLN y al CNI), la de la Ley Televisa, además de cantidad de actos de represión en los estados y municipios que gobierna. Por ejemplo, la represión en Michoacán a la CNTE, a los taxistas, los estudiantes de la UNAM y los ejidatarios de San Salvador Atenco en el DF y la brutal maniobra de Texcoco, en la cual tres niveles de gobierno y tres partidos (el municipal del PRD, el estatal del PRI y el federal del PAN) se dieron la mano para golpear juntos a vendedores de flores de Atenco y apresar a Ignacio del Valle. Una verdadera colaboración de la clase política para reprimir a los de abajo, a los que trabajan con su sudor y sus manos.


El Congreso.


Recordemos que el PRD, junto con sus aliados el PT (fundado, presuntamente, con el apoyo y la venia de Raúl Salinas de Gortari) y Convergencia (del también ex priísta Dante Delgado, quién fue un político preso pero no un preso político) ganaron las elecciones del 2 de julio de 2006. Mismas que le fueron robadas en un fraude en el que participaron el PAN, buena parte del PRI, la inefable Elba Esther y su hijo político Ugalde y los grandes consorcios de comunicación: televisa y TV azteca.


Es normal que un partido que acaba de ser víctima de un fraude de ese tamaño se reúna para debatir cómo luchará en contra del gobierno impuesto; el problema es que lo que debatieron los perredistas fue cómo negociar con él. Efectivamente, la lucha más enconada, el punto más álgido del congreso fue si se debía o no “debatir” con quién le robo el triunfo al PRD y los sueños a la mayoría de los votantes mexicanos.


El PRD es un partido dividido no en corrientes, no en tendencias, sino en “tribus”; es decir, en grupos de interés controlados por uno u otro caudillo. Estas tribus se dividieron en dos polos, por un lado la mayoría en torno a Nueva Izquierda (NI, el grupo controlado por los “chuchos” Ortega y Zambrano) y la minoría, conformada en el Frente Político de Izquierda, una verdadera guelaguetza de tribus entre las que destacaban la IDN (Izquierda Democrática Nacional, de René Bejarano y Dolores Padierna) la IS (Izquierda Social, del ex bejaranista Martí Batres) y el grupo de Alejandro Encinas.


Estos dos polos fueron “hombrecitos” y “le entraron al debate”, como retó el “chucho” Saúl Escobar a sus opositores. El debate, como le gustaba llamarlo, era si el Partido de la Revolución Democrática continuaba en la línea marcada por el Peje, “presidente legítimo” (que lo único que tiene de presidente es lo legítimo) de desconocer al presidente espurio o si actuaban de forma “madura” y “responsable”, debatiendo con el poder ejecutivo para “impulsar las reformas que necesita el país”, aún si esto implicaba reconocer en los hechos a Calderón Hinojosa como presidente.


Eso era la idea central de la línea política que debatían. Ese es el problema nodal para el PRD en este momento. Un problema de política electoral, no de política. ¿Quién ganó las elecciones? El PRD ¿Qué legitimidad tiene Felipe Calderón? Ninguna, salvo la que le dan las televisoras y el ejército (y la PFP, que es el ejército uniformado de otro color). ¿Qué “reformas” “necesita” el país? Ah, ahí está el detalle.


Como decía hace un momento, México entró en el rumbo neoliberal desde el sexenio de Miguel de la Madrid. El esquema neoliberal es una aberración del capitalismo. Tras varios años de capitalismo “social”, bajo el esquema del estado benefactor, la derecha, enloquecida, procreó un esquema de libertad de mercado que dejaría fríos a los liberales clásicos. La empresa lo es todo, tiene todo el poder, y el estado sólo existe para garantizar la libertad de mercado. Para nada servían las miles de empresas sociales que había en México, para nada sirven las paraestatales como Pemex o (ex)Telmex, para nada sirve el seguro social. Todo es libertad de mercado y el capital privado invade cada día más los espacios que alguna vez fueran del estado. Las “reformas” llamadas estructurales son un paso más en esa dirección. Es liquidar en los hechos el estado, dejando en pie sólo su capacidad represora y de “control” (vía rescates bancarios, carreteros, etc...) de la macroeconomía, garantizando la libertad de mercado. Las reformas estructurales, la reforma fiscal, política y energética, van a ahorcar a la pequeña burguesía en favor del gran capital (mayoritariamente trasnacional) y tienen por fin acabar con las pocas y añejas conquistas sociales de México.


Entendiendo esto, ¿cuales son las “reformas que necesita el país”? Una reforma fiscal, por ejemplo, no dejaría de perdonar impuestos al gran capital nacional (Slim, Ascárraga, Salinas Pliego, Arambuzabala...) y extensiones fiscales al internacional por uno o dos puntos “sociales” que los ágiles diputados perredistas logren colar. El PRD y sus aliados no tienen la capacidad real ni de aprobar ni de vetar nada en las cámaras, controladas por el panismo y el elbaestherismo. Reconocer al “presidente” es sólo eso, reconocer al presidente y aceptar el fraude electoral como un hecho consumado. Esta postura fue la mayoría 6 a 4 en el congreso perredista. Esta postura fue la que encabezó Jesús Ortega en el mismo congreso en que se votó que el PRD era un partido de “Izquierda Socialista”.


El camarada Ortega.


A lo mejor a muchos sorprende que un partido como el PRD se haga llamar a sí mismo “socialista”. Después de todo sus candidatos, desesperadamente, siempre han clamado ser de “centro izquierda” (curiosamente, el mismo espectro político que reclaman muchos priístas). Pero nada tiene que sorprendernos el renacido socialismo del PRD. Después de todo Jesús Ortega fue, hace mucho tiempo, miembro de un partido que llevaba la “s” de socialista en el nombre.


Entre 1979 y 1982 Jesús Ortega fue militante y parlamentario del Partido Socialista de los Trabajadores, dirigido por un tal Rafael Aguilar Talamantes. El PST se fusionó temporalmente con el Partido Comunista Mexicano para formar al Partido Mexicano Socialista (el abuelo del PRD), en ese momento Jesús Ortega se quedó en el instituto político que hoy es el PRD. Su antiguo dirigente, Aguilar Talamantes, se volvió a encontrar con Chucho en 1988, ya que tanto el PSUM (nuevo nombre del PCM-PMS) como el PST eran parte del Frente Democrático Nacional que impulsaba la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas. Cuando le fue robada la presidencia a Cárdenas, el FDN ganó varias diputaciones, muchas de ellas eran de gente del PST. Esta fracción parlamentaria talamantista se separó de los diputados del FDN para apoyar en todo la política del entonces espurio Carlos Salinas de Gortari. Recordemos que este apoyo parlamentario fue usado para aprobar el TLCAN, la privatización de Telmex y la muerte del artículo 23.


Hoy, a 18 años de distancia, le urge a Jesús Ortega seguir los pasos de su antiguo maestro y, como votó a favor de la ley indígena y de la ley televisa, votar por las reformas estructurales que impulsa Felipe Calderón. Nunca es tarde, se dijo a sí mismo Chucho Ortega, para enmendar mis errores de 1988 y seguir la línea de Aguilar Talamantes.


La oposición... ¿de izquierda?


Pero todavía nos falta hablar de los 4 de cada seis perredistas que valientemente votaron a favor de la línea obradorista. Esos delegados pertenecían al bloque integrado por Izquierda Democrática Nacional, Izquierda Social y Alejandro Encinas.


De Izquierda Democrática Nacional no hace falta hablar, sólo hace falta mencionar el nombre de René Bejarano para que todo mundo recuerde el simpático programa televisivo donde un payaso prepotente presentaba al dirigente perredista atiborrando sus bolsillos de fajos de billetes. “Fue un cuatro que le puso el PAN”, dirá algun alma caritativa. Sí, fue un cuatro, pero cayói. También recordemos a Borttolini y el caso de la leche Betty, leche que se vendía “a los más necesitados” y que contenía niveles inaceptables de heces fecales.


Martí Batres es un nombre conocido para quien haya estudiado en la UNAM. En 1986 los universitarios estallaron una huelga para evitar la imposición de cuotas, en esa época se veía a Martí pegado del rector Carpizo. Martí dirigía un grupo llamado Corriente para la Reforma Universitaria, de izquierda tan tibia y negociadora que no se despegaba del lado del rector.


Ambos, Martí y René, vienen de la vieja tradición de construir su base social abusando de las necesidades de la gente. No hay vivienda, cosa que es un derecho, y estos grupos aprovechan su capacidad de gestión para darle vivienda a la gente a cambio de tener una base social cautiva. No hay leche, les damos leche, no hay servicios, les gestionamos los servicios. Es una base social, si así se puede llamar, borrega, sin formación política y sin capacidad de análisis. ¿Para qué darles formación política si con darles leche, tierra o lámina para sus techos los tenemos, se preguntan a coro Martí y René, los “Panchos Villas” y UníOS?


Esa es la alternativa que tienen los perredistas, esa es la alternativa que dividió su congreso. O beben leche con mierda, o se sientan a platicar con la mierda que es Felipe Calderón.


¿Y el triunfo para la izquierda?


El PRD no es un partido de izquierda. El PRD es un partido que a la hora de los principios en lugar de citar a Carlos Marx cita a Groucho Marx “estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros”. Pone sin reservas a priístas y expriístas en todos los cargos electorales que hay a su alcance. Votó a favor de la ley televisa, que da a televisa y tv azteca el control sobre el espacio televisivo y radiofónico. Votó a favor de la ley indígena antizapatista de Fox. Reprimió cuando tuvo oportunidad y lo seguirá haciendo. Cualquier crisis del PRD es un paso a favor de la izquierda, de la izquierda que desde abajo se opone al capital.


De nada sirve votar por el PRD en las elecciones. Tus diputados serían tan poco efectivos como corruptos. Y mucho menos sirve votar por sus candidatos a la presidencia. Han ganado dos veces, y dos veces se han dejado arrebatar el triunfo. De nada sirve votar en una elección, de mucho sirve votar una huelga. De nada sirve ir a las urnas, de mucho sirve ir a las marchas. De nada sirve tener fe en la traición amarilla. Lo que sirve, lo que hace la diferencia, es ingresar en una organización revolucionaria y desde abajo combatir al poder y la riqueza.

iHay que reconocer a René Bejarano que el dinero que cabe en sus bolsillos es mucho menos que las corruptelas millonarias que priístas y panistas hacen de forma más discreta. El dinero que le daba Ahumada a Bejarano alcanzaría para comprar una casa en Acapulco, pero no en Punta Diamante, como le alcanza al Jefe Diego. Sin embargo, desde un punto de vista moral, los dos son igual de corruptos. El que un ladrón robe menos que otro no lo hace un ladrón bueno, sino un mal ladrón.


iHay que reconocer a René Bejarano que el dinero que cabe en sus bolsillos es mucho menos que las corruptelas millonarias que priístas y panistas hacen de forma más discreta. El dinero que le daba Ahumada a Bejarano alcanzaría para comprar una casa en Acapulco, pero no en Punta Diamante, como le alcanza al Jefe Diego. Sin embargo, desde un punto de vista moral, igual de corruptos son los dos. El que un ladrón robe menos que otro no lo hace un ladrón bueno, sino un mal ladrón.